El alumnado de secundaria obligatoria, por ejemplo, perteneciente a familias de clase social baja, en zonas turísticas con gran demanda de mano de obra para trabajos bien remunerados, sufren la tentación (sobre todo si tienen fracasos escolares) de abandonar sus estudios e integrarse en el mundo laboral. En cambio, el alumnado estimulado por el diálogo familiar sobre temas culturales o sobre sus proyectos futuros profesionales o universitarios, tienen más probabilidades de involucrarse en un aprendizaje difícil, sobre todo si tienen éxito en él.
La motivación por aprender y por estud…