Desde el siglo pasado se ha estado repitiendo insistentemente que la historia no podía ser la actividad y el resultado del análisis de las elites políticas, cuyo paradigma se establece en el historiador prusiano de principios del siglo XIX Leopold von Ranke. Ya Voltaire, en el siglo XVIII, deseaba que se escribiera la “historia de los hombres en vez de la historia de los reyes y las cortes”. Y todavía seguía insistiendo en 1877 Fustel de Colounges en su tomo IV de Historia de las Instituciones Políticas de la Antigua Francia:
La historia no es la acumulación de toda naturaleza que se …