Para el niño o la niña, la escolarización significa la separación de su familia y la pérdida de la seguridad que ésta le ofrece, así como la adquisición de nuevas experiencias: el descubrimiento de un entorno diferente, nuevas relaciones, conocimiento de los demás, nuevas normas, nuevos roles…
Para la familia, esta incorporación se vive con ambivalencia. Por una parte, es motivo de alegría ya que este paso significa crecimiento y la constatación de que toda la familia ha podido ir adaptándose a la circunstancia, tan dolorosa y difícil, de tener un hijo con una discapacidad y …