En primer lugar, cabe situar debidamente la asignatura en cuestión en el marco general donde será puesta en práctica, que no es otro que el de la educación básica obligatoria, que en nuestro país, malo no es recordarlo, abarca diez cursos académicos, seis de primaria y cuatro de secundaria básica o inferior. Esta consideración se explica porque lo que debería despertar más inquietud no es tanto la carga ideológica de una insignificante asignatura (que en su globalidad se limita a 105 horas lectivas en todos esos diez años de escolaridad), sino que el desarrollo curricular desti…
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