Hace tiempo que las visiones ingenuas que concebían la lectura como un proceso de cambio de código (oral-escrito), o bien como una mera extracción del significado del texto -siempre predeterminado y cerrado en él-, fueron desestimadas en la comunidad científica. A partir de los años setenta y de la ingente investigación que entonces comenzó en el campo de la psicología cognitiva en torno a los procesos de lectura, resulta hoy axiomático que leer es un proceso en gran medida inferencial; un proceso de captación de “lo no dicho”; un proceso interpretativo resultado de una relación…
Contenido publicado en
Revista Textos - Número: 33 (April 03)
LEER Y ENTENDER- ISSN: 1133-9829
- Editorial Graó
- Carlos Lomas
- Uri Ruiz Bikandi