La visita al pueblo viejo de Valderrobres merece la pena desde muchos puntos de vista. Perderse por sus calles empinadas, admirar el paisaje desde el castillo solemne, evocar a sus difuntos moradores, desafiar la mirada insolente de las gárgolas silenciosas de la iglesia, sacudirse el estrés en la quietud del Calvario.En esta actividad un grupo de dieciséis alumnos de 1.º de bachillerato de ciencias naturales de la comarca del Matarraña, en Teruel, disfrutamos de la Vila (el casco antiguo de Valderrobres) también con otros ojos: con los ojos de las matemáticas.Realizamos esta jocosa …
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